Si tu hijo no fuera discapacitado visual, a su edad, ¿esperarías que tuviera tareas o responsabilidades en la casa? Si tu respuesta es afirmativa, entonces, debes tener las mismas expectativas con respecto a tu niño que sí tiene problemas visuales. Hay algunas buenas razones para darle unos pocos quehaceres diarios o semanales:

  • Le estás transmitiendo el mensaje de que forma parte de la familia. Todos los demás tienen tareas—mamá saca la basura, papá prepara el desayuno, su hermano mayor trae la correspondencia cuando vuelve de la escuela.
  • Tu hijo puede aprender muchas cosas por medio de tales tareas, especialmente si tú haces que le resulten educativas. Por ejemplo, si una de sus obligaciones es poner la mesa todas las noches, va aprender a contar un poco. Si hay 5 personas en la familia, va a necesitar 5 platos, 5 vasos y 5 de todo lo demás que haga falta.
  • Con un poco de creatividad, también puedes ayudarle a ir formando sus destrezas de alfabetización. Si tienes una lista simple de tareas, ya sea en letras comunes o en braille, juntos pueden poner una estrella o una etiqueta adhesiva que tu hijo pueda percibir (fabrícalas o compra pegatinas con relieve—el maestro de estudiantes discapacitados visuales de tu hijo tal vez pueda darte algunas).

Si decides que tu niño debe tener ocupaciones, piensa en cuáles son sus puntos fuertes, sus intereses y necesidades. Si recibe servicios de educación especial y el equipo educativo, tú misma incluida, acordaron que necesita trabajar más en sus destrezas motrices finas, entonces una tarea como doblar toallitas para bañarse y otras más grandes puede ser buena para él. A esta edad, puede no hacerlo perfectamente, pero le estás enseñando a ser responsable y le estás dando nuevas experiencias. Con práctica y madurez, aprenderá a ser más eficiente y preciso en las tareas que tú y él decidan que van a estar bajo su responsabilidad. Entre las cosas adecuadas para que un niño de edad preescolar haga, se incluyen:

  • Guardar los juguetes después de haber jugado con ellos.
  • Poner las cosas irrompibles en la mesa o quitarlas después de la comida.
  • Repasar la mesa con una esponja o un paño húmedo antes o después de la comida.
  • Clasificar los cubiertos cuando salen del lavaplatos (un adulto debe quitar primero los que son filosos).
  • Recoger las cosas que quedaron en una habitación y ponerlas en un lugar, como por ejemplo, en una cesta que esté en la sala de estar para colocar lo que los miembros de la familia necesitan llevarse a sus habitaciones.
  • Regar las plantas con una regadera de tamaño adecuado para un niño.
  • Recoger la correspondencia, con la supervisión de un adulto, u ordenar las cartas a enviar.