Para muchos padres, llevar a su hijo a una cita de este tipo, ya sea con un oftalmólogo o un optómetra, puede ser estresante. Tú misma puedes vivir eso, a veces, también. Tu hijo puede o no cooperar con el personal médico, tus preguntas pueden o no recibir respuestas y tú puedes salir insegura de qué es lo que hizo el doctor durante esa consulta.

Tratar de prepararte para la visita con anticipación puede ayudarte. Puede ser útil anotar una lista de tus preguntas y preocupaciones para recibir la información que necesitas. Familiarizarte con lo que puedes esperar cuando llevas a tu niño a un especialista de la vista puede también contribuir a la preparación del niño y de ti misma de modo que la consulta resulte más fluida y logres entender mejor su discapacidad visual.

Si tu pequeño tiene menos de 3 años, es posible que te convenga pedirle a su experto en intervención temprana o a su maestro de estudiantes con discapacidad visual (TVI) que vayan contigo y el niño a la consulta. Estarás junto a otro adulto que conoce a la criatura y cómo usa la vista, alguien que está familiarizado con los procedimientos de la consulta del especialista y que va a escuchar la información que compartan allí con ustedes. Si esta persona no puede participar en ese momento, te queda la posibilidad de pedirle que te sugiera las preguntas que deberías plantear o la información que hace falta que tú proporciones.

Reunir los antecedentes

Cada vez que un nuevo especialista de la visión ve a tu hijo, puedes esperar que él o un miembro del personal te pregunte acerca de tu historia familiar con respecto a la discapacidad visual y acerca de cómo fue su nacimiento. Algunas afecciones oculares, tales como el albinismo y la retinitis pigmentosa, son hereditarias, de modo que saber quién en la familia tiene ese problema y cómo ha afectado su vista puede proporcionarle un valioso enfoque para su pronóstico. Además, como algunas afecciones se desarrollan durante el embarazo o el proceso de parto, es igualmente valiosa la información sobre estos aspectos y el nacimiento.

En las visitas siguientes al mismo doctor, es probable que no te hagan sólo preguntas sobre la historia o los antecedentes de la afección visual de tu hijo, sino también acerca de cualquier cambio que pudieras haber observado y cómo le ha ido desde el último examen.

Si el niño ha adquirido la discapacidad visual durante la infancia, puedes contar con que te planteen la cuestión de cuándo tú o él notaron por primera vez los cambios visuales, los síntomas que experimenta en este momento y la evolución del problema.

En general, como te pueden consultar acerca de tus observaciones con respecto al uso que hace tu niño de la vista y, como tú misma puedes tener cosas que preguntar, en los días anteriores a la cita, puede convenir que pienses en tomar nota acerca de cómo ves su uso o falta de uso de la visión. Cuanto más específicos sean los ejemplos que puedas compartir con el profesional, más podrá usar la información para evaluarlo y hacerle recomendaciones apropiadas.

Si el maestro de estudiantes con discapacidad visual (TVI) de tu hijo ha completado su evaluación de la visión funcional (FVA), pídele que se la envíe al doctor con anticipación o que lleve una copia para compartirla con él. El TVI ve a tu niño en entornos con los que está familiarizado y se siente más cómodo. Por lo tanto, puede haber una diferencia significativa en la manera en que usa la vista en el consultorio del médico en comparación con el aula o la casa, y esta es una información útil para el especialista.

Realización del examen

Tanto los oftalmólogos como los optómetras van a evaluar la salud ocular de tu hijo; es decir, la salud de su ojos. Si es muy pequeño, puede ser necesario que lo sostengas mientras el médico lo examina. En algunos casos, quizás sea necesario que te den hora para realizar un proceso de anestesia, o dormirlo, a fin de poder hacer el examen ocular completo. Durante el mismo, el doctor va a controlar y medir una cantidad de aspectos, que usualmente incluyen lo siguiente:

  • Agudeza visual: Es típico que el doctor evalúe la capacidad de tu hijo para detectar detalles. En el caso de un niño pequeño o con multidiscapacidad, el doctor puede mostrarle tarjetas con rayas para ver si el niño mira en esa dirección. También puede mostrarle objetos de lejos para que los mire, tal vez le enseñe figuras para que las nombre o puede pedirle que forme la pareja entre esa y una que tenga frente a él. Si tu hijo es mayor, puede ser que el doctor le indique que lea letras o números o palabras en una tabla colocada a 40 cm (16 pulgadas) de sus ojos. Medirá la agudeza de lejos y también la de cerca o sea, su capacidad para ver objetos a menos de 40 cm de distancia.

  • Campos visuales: El doctor también evaluará los campos visuales de tu hijo, es decir, su capacidad de ver frente a sí, más arriba, más abajo y a los lados. Esto se puede lograr al mover un objeto dentro de su campo visual y observar cuándo el niño advierte que el objeto está allí. Si tu hijo es mayor y tiene una enfermedad ocular que normalmente va acompañada de pérdida de campo, puede usarse un aparato para medirlos. Le pueden pedir que ponga la barbilla en el lugar correspondiente y apriete un botón cada vez que observe una luz.

  • Refracción: Es el proceso por medio del cual el doctor determina si los ojos del niño enfocarán más claramente las cosas con anteojos o lentes de contacto. Si tu niño es pequeño, el especialista puede sujetar un panel con diferentes lentes frente a sus ojos. Como usa un instrumento con luz, mira la reacción de estos en el caso de cada una para determinar cuál de ellas ayudará a mejorarle la vista o si no tienen ningún efecto. En caso de que tu hijo sea mayor, el doctor puede hacer que se ponga un par de anteojos de prueba al cual le agrega lentes, o si no, puede pedirle al niño que apoye la barbilla en una máquina mientras él agrega diversas lentes frente al ojo. En este punto, quizás oigas que el médico le pregunta algo así como “¿Es la 1 mejor que la 2?” “Uno” representa una cierta prescripción de anteojos o lentes de contacto en tanto que “dos” es otra. Sin embargo, no todos los chicos mejoran con anteojos o lentes de contacto.

  • Salud ocular: El doctor examinará los ojos de tu niño con una variedad de instrumentos para ver si muestras señales de enfermedad y cambios. A fin de ver hasta el fondo de los ojos, es necesario ponerle gotas para dilatarle la pupila y hacerla más grande; así el médico puede ver el fondo con más facilidad. Es normal que las gotas produzcan escozor por lo que el pequeño puede no mostrarse muy cooperativo, relajado o tranquilo cuando se las ponen. Después de la aplicación, la dilatación total de la pupila puede llevar hasta unos 30 minutos. El efecto dura varias horas, por lo que vas a advertir que la luz le molesta. Por esa razón, es bueno llevar su sombrero o sus anteojos de sol para que los use al salir del consultorio.

  • Presión ocular: El especialista tiene varios métodos que puede usar para medir la presión interna de los ojos de tu hijo. Le pondrá gotas para anestesiar, o dormir, la superficie de los ojos. Si tu hijo ya es mayor, le pedirá que apoye la barbilla en un aparato y luego desplazará una sonda hasta la superficie del ojo para medir la presión interna. Si se trata de un niño pequeño, o de alguien con multidiscapacidad, el doctor puede usar una sonda manual o quizás sea necesario realizar todo el procedimiento mientras el pequeño está bajo anestesia general. Esta medición es particularmente importante porque es una manera de controlar la presencia de glaucoma y por eso, forma parte de la mayoría de los exámenes oculares estándar.

  • Dispositivos de baja visión: Como parte del examen de baja visión (ver Servicios de baja visión: Panorama general), y según la edad de tu hijo, el especialista puede hacer que pruebe de usar una variedad de dispositivos de baja visión, por ejemplo, lupas, monoculares, o televisores lupa. Puede mostrarle diversas fuentes de luz u otros instrumentos auxiliares tales como un atril de lectura. Normalmente, esta parte del examen tiene lugar si se está consultando a un especialista de baja visión -oftalmólogo u optómetra que se especializa en ayudar a las personas con baja visión para que aprovechen al máximo el uso de la vista que tienen.

Durante el examen, pueden realizarse otros tests, según la edad de tu hijo, su nivel de cooperación, la enfermedad de sus ojos y la información que tú, el TVI y otros profesionales médicos le hayan proporcionado. A medida que el médico de ojos va realizando el examen, pídele explicaciones de lo que está haciendo y por qué.

Después del examen

Después de que el doctor realice el examen, va a compartir sus resultados contigo. Este es el momento en que quizás te convenga tomar algunas notas o pedir permiso para grabar sus comentarios. Si tu niño es pequeño o tiene discapacidad múltiple, puede ser que quieras ir a la consulta con alguien que pueda quedarse con él mientras hablas con el doctor.

Si está en la escuela primaria, o está por concluirla, o ya ha terminado esa etapa y continúa estudiando, puede estar presente y tomar parte en las explicaciones de modo que pueda hacer preguntas y empezar a entender mejor su discapacidad visual. Para cuando esté en los cursos superiores de la primaria, a menos que haya razones forzosas para no incluirlo en la conversación, puede resultarle útil estar presente y participar contigo y el doctor especializado en la vista. Según se trate del primer examen o forme parte de un programa regular de controles, la información que recibas va a variar. Puede incluir:

  • Cualquier cambio que el doctor haya observado en la salud ocular de tu hijo o en el uso que hace de su vista.
  • La necesidad de prescribirle lentes, ya sean del tipo tradicional o de contacto. En este caso, te tienen que dar una receta para que se la lleves al óptico.
  • Las opciones del tratamiento de tu niño, tales como taparle un ojo, tomar medicación o aplicar cirugía.
  • Derivación a otro profesional que puede tener una especialidad distinta.
  • Derivación a otro personal médico, tal como un neurólogo, para una evaluación adicional.
  • El diagnóstico, que indica la causa de la discapacidad visual de tu hijo y el pronóstico y qué puedes esperar en el futuro.
  • Cualquier otra afección que tu niño pueda haber desarrollado o pueda llegar a tener. Por ejemplo, los niños con cataratas corren el riesgo de evolucionar hacia el glaucoma.
  • Recomendaciones con respecto al tamaño de los objetos que tu hijo puede ver, en qué posición ponerlos, cuál es la mejor iluminación para él y los dispositivos de baja visión que pueden ayudar al niño a usar su vista con más eficiencia.
  • Restricciones que hay que imponerle, si fuere el caso, de modo que no se incremente la probabilidad de que pierda la vista. Por ejemplo, a los niños que corren riesgo de un desprendimiento de retina, se les puede prohibir la práctica de deportes del tipo del fútbol durante los cuales es más probable que reciba un golpe en la cabeza.

Si has preparado preguntas para el médico de ojos, pídele que te responda. Si no puede sentarse y hablar contigo, solicítale que te indique otro miembro de su personal para hablar con él. En caso de que esa persona no estuviera capacitada para responderte, pide una cita de seguimiento con el especialista. Tienes derecho a que un profesional cualificado te responda todas las preguntas.