Los maestros y los doctores son expertos en sus respectivos campos. Tú eres experta en conocer a tu hijo. Recurre a ellos para que sumen sus conocimientos a los tuyos. La intervención temprana es útil y necesaria tanto para los padres como para el niño. Si eres como la mayoría de los papás cuando enfrentan el diagnóstico de su hijo ciego o deficiente visual y además posteriormente, quizás con deficiencias de desarrollo, puedes sentirte abrumada. Creo que es importante en este momento de tu adaptación, que te detengas y respires hondo.

Para y disfruta simplemente de tu hijo durante un período de tiempo: quizás una hora, o puede ser una semana, o tal vez un mes. Si fuere posible, haz una pausa en todas las citas que tengas y conoce de nuevo a tu hijo. Fíjate un programa. Levántate a la misma hora todos los días, alimenta a tu bebé regularmente todos los días, báñalo a la misma hora todos los días. Crear rutinas le permite comprender cómo funciona el día; aprende a predecir y esperar con interés ciertas horas, a sentirse cómodo y empieza a saber “qué viene a continuación”. La rutina y la estructura son importantes para los niños que son ciegos o deficientes visuales. Les proporcionan seguridad y les ofrecen una sensación de control. Pero la rutina y la estructura no significan rigidez. Está bien escaparse de ellas, también.

Susan Singler
Madre de un hijo de 24 años con retinopatía del prematuro y discapacidades adicionales
Nashville, Tennessee