La mayoría de los padres reconoce que cada uno de sus hijos es único en cuanto a la personalidad y a la capacidad de asumir responsabilidades y aprender cosas nuevas. Hay que tratar a cada uno en forma individual, pero a veces, los integrantes de la familia tienen expectativas basadas en la edad de un niño o del orden de nacimiento.

Si tu hijo que tiene problemas visuales, es mayor que uno o más de tus hijos, la situación puede presentarle desafíos singulares a los miembros de la familia, especialmente si el niño tiene discapacidades adicionales.

Todos las criaturas evolucionan con ritmos diferentes. Uno de los tuyos puede caminar antes del año, en tanto que otro puede ser que no lo haya logrado hasta los 15 meses. Algunos chicos con discapacidad visual pueden presentar variaciones en algunas áreas de desarrollo. En algún punto, por lo tanto, sus hermanos o hermanas más pequeños pueden superarlo en ciertos aspectos del crecimiento. Tu hijo más pequeño puede ser más maduro en cuanto a lo emocional o puede asumir responsabilidades que su hermana mayor que tiene discapacidad visual no está en condiciones de contraer.

Por ejemplo, un niño de 9 años que tiene discapacidad visual puede necesitar mayor vigilancia cuando se prepara una merienda que involucre el uso del microondas, en tanto que su hermano con vista de 6 años puede hacerlo solo. O puedes sentirte tranquila cuando le permites a tu hijo de 11 años que ve, ir a la biblioteca que queda a varias cuadras de distancia, pero tu hija de 13, que es ciega, tal vez no tenga todavía las destrezas de orientación y movilidad para desplazarse tan lejos en forma independiente.

¿Cómo manejas situaciones como esta, especialmente si tu niña discapacitada visual se molesta porque sus hermanos y hermanas más pequeños hacen cosas que a ella le gustarían también?

Estrategias de crianza que pueden ayudarte

Analiza con otros miembros del equipo educativo lo que a tu hijo le gustaría poder hacer

Muchas de las actividades que a tu hijo le gustaría hacer por sí mismo, o las destrezas que tú quisieras que aprenda, pueden estar comprendidas en una o más áreas del currículo central ampliado que se supone que les enseñan a todos los niños que son ciegos o deficientes visuales. En ese caso, puede ser necesario incluir metas apropiadas en su Programa Educativo Individualizado (IEP).

Elegir las metas para la educación de tu hijo en relación a su vida fuera de la escuela no sólo lo va a motivar a aprender, sino también va a reforzar la conexión entre lo que aprende en la escuela y lo que hace en la casa y en la comunidad.

Busca partes de una actividad que tu hijo pueda hacer en forma independiente

Si tu hijo discapacitado visual no puede hacer algo al igual que sus hermanos y hermanas, busca la manera de que pueda realizar parte de la actividad en forma independiente.

Por ejemplo, tus otros hijos pueden estar desplazándose en el barrio solos. Si tu hijo que es discapacitado visual sabe cómo hacerlo en una manzana, puedes permitirle que lo haga y luego, cabe ofrecerle ayuda para cruzar la calle, de modo que se esté moviendo en ese entorno con autonomía, por lo menos en parte.

Quizás sus hermanos y hermanas vayan de compras sin ayuda a fin de elegir un regalo de cumpleaños para un amigo. Cuando tu niño discapacitado visual quiera hacerlo, podrás ayudarlo a encontrar la sección de ayuda al cliente del comercio y luego darle libertad para que pida apoyo a un empleado.

Busca oportunidades en las que tu hijo discapacitado visual pueda destacarse

Trata de encontrar formas en las cuales tu niño discapacitado visual pueda hacer algo que sus hermanos o hermanas no sepan o sean demasiado pequeños para eso. Esto le ayudará a forjar su autoestima.

Por ejemplo, un programa especial que patrocine un viaje para practicar ski puede darle la oportunidad de hacerlo antes de que sus hermanos y hermanas. O, puede ser muy bueno para escribir poesías en tanto que su hermanito menor aún está aprendiendo a leer.

La idea no es alentar al niño a recrearse con su triunfo sino a que se sienta bien con sus logros. Cuando se sienta frustrado porque un hermanito o hermanita menor hace cosas que él no puede, conviene recordarle con tacto algunas de las cosas que hizo y los demás no.