Un punto fundamental durante los años preescolares es aprender a ser amigos. De hecho, gran parte del currículo preescolar está dedicado a fomentar el desarrollo de destrezas para la interacción entre compañeros. Por lo general, los niños con deficiencia visual necesitan ayuda expresa para el desarrollo de destrezas conducentes a fuertes relaciones entre compañeros.

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Familiaridad con juguetes y materiales

Gran parte de la interacción entre pares se centra en los materiales que se encuentran en una típica aula preescolar. Proporcione a su hijo oportunidades para que explore estos materiales. Los niños con deficiencia visual no pueden ver, por ende, no pueden copiar el juego de otros. Es posible que a su hijo le resulte difícil que le enseñen a jugar con los diferentes materiales del aula. Hable con la maestra preescolar para que le preste los materiales del aula y se los pueda llevar a casa; de esta forma, su hijo podrá explorarlos de forma independiente. Una vez que su hijo se haya familiarizado con los materiales, usted le podrá enseñar cómo jugar con ellos en el aula. Esto le ayudará a aprender a jugar y, al mismo tiempo, aprenderá cuán divertido pueden ser los juegos.

Familiaridad con los juegos de simulación

El juego de simulación (ficción, simulacro) es muy común en las aulas preescolares. Enseñe a su hijo a jugar a ser algún personaje, recreando y actuando juntos experiencias pasadas. Para llevar a esta destreza aún más allá, cada aula preescolar tiene temas de simulacro en común. Ayude a su hijo a participar asegurándose de que esté familiarizado con el escenario y con los materiales que forman parte del juego. Por ejemplo, si sus pares generalmente juegan a la heladería, entonces su hijo necesita entender quién podría estar en una heladería, qué podría ocurrir en esa situación y qué materiales se necesitan en ese escenario. Todo esto puede ser presentado a medida que usted juega con su hijo. Hacer de este juego una experiencia divertida animará a su hijo a participar.

Familiaridad de los pares

Esté atento para localizar a niños que usted considera pudieran ser compañeros potenciales para su hijo. La base de la amistad se puede construir sobre un interés en común, temperamento similar o algún otro factor que una a los niños. Invitar a niños a jugar en un ámbito fuera de la escuela permite que los niños jueguen en un medio más tranquilo, el cual pudiera ser más conducente a establecer amistades.

Juego y conversación con base en la experiencia

Por lo general, los niños hablan sobre sus experiencias pasadas y futuras. Actúan o representan escenarios con los cuales están familiarizados. El proporcionar a su hijo experiencias que otros niños tienen en común ayudará a su hijo a construir la base de experiencia y conocimiento que le permitirá a unirse a ellos en el juego.

Reglas sobre cómo compartir

En el entorno preescolar, las reglas establecidas para compartir son rígidas. Si un niño no comparte adecuadamente, se arriesga a ser aislado de sus pares. Cuando juegue con su hijo, ayúdelo a seguir las reglas que fomentan la relación entre compañeros.

  • Preguntar antes de tomar los juguetes con los que otros están jugando
  • Jugar con algunos, pero no con todos los juguetes que están en el área
  • Ofrecer los juguetes a otros

Ser considerado y tener una actitud centrada en los demás

Desarrollar curiosidad e interés por lo que los demás piensan y sienten. Para lograr este objetivo, usted puede leerle libros y hablarle sobre los sentimientos de los demás. Es típico entre los niños de nivel preescolar comenzar a desarrollar el entendimiento de que las otras personas tienen sus propios pensamientos y preferencias. Esta comprensión conlleva a la empatía, consideración y acciones orientadas a los sentimientos de los demás. Hablar sobre los pensamientos y sentimientos ayudará con el desarrollo de esta comprensión.

Guiones para iniciar la interacción / aceptar la iniciación Quizás la parte más difícil del juego es la situación del juego en sí misma. Enseñe a su hijo algunas técnicas, modelando usted esas técnicas y practicándolas cuando jueguen juntos.

  • Invitar a jugar a niños específicos, utilizando sus nombres.
  • Pedir jugar mediante el uso de alguna frase que no cambie la situación del juego. Por ejemplo, preguntarle a Zach si puede unirse al juego que él está jugando tendrá mayor éxito que si su hijo le pide que jueguen a algo diferente.
  • Ser positivo y halagador. Por ejemplo, decirle a Zach que lo que está haciendo es interesante o impresionante tiene mayor probabilidad de un respuesta positiva a que si su hijo le dice que él lo puede hacer mejor.
  • Ofrecer ideas para el juego. Por ejemplo, si un grupo va a jugar a la construcción en el centro de bloques, un niño puede ofrecer una idea sobre cómo construir la torre.

Aceptar una invitación es tan importante como iniciar la interacción. Si un compañerito le pide a su hijo que juegue con él, la reacción de su hijo puede provocar que el juego siga hacia adelante. Trabaje con su hijo sobre cómo aceptar las invitaciones de sus pares.

  • Si alguien le pide que juegue con él, su hijo puede responder con un simple, “Sí”. No obstante, una respuesta más productiva es aquella que propicia una mayor interacción. Por ejemplo, si Zach le invita a jugar, su hijo le podría sugerir representar un papel específico dentro del juego. Esto fomenta un juego que es interactivo entre los pares.

¿Qué es ser amigo?

Ayude a su hijo a entender lo que significa ser amigo. Una amistad estrecha implica tanto dar como recibir. Ayude a su hijo a experimentar a dar a otros y también a recibir la ayuda que la amistad le puede brindar. Léale libros sobre la amistad, háblale sobre las interacciones que usted ve a su alrededor; bríndele a su hijo experiencias con sus pares.

Enséñeles a los otros niños a utilizar señales verbales Los otros niños pueden aprender señales verbales simples que apoyan la interacción con su hijo. Por ejemplo, los pares videntes pueden ofrecer señales verbales para ayudar a su hijo a participar. El simple hecho de decir e identificar verbalmente quién está jugando y lo que están haciendo ayudará a su hijo a interactuar con sus compañeros. Los niños adquieren rápidamente el uso de estas señales verbales cuando los adultos las utilizan en situaciones de juego.