En teoría, las familias tienen muchas oportunidades de pasar el tiempo juntas – ya sea en casa, cuando visitan a otros parientes o van de picnic. Pero muchas familias no parecen encontrar mucho tiempo para compartir experiencias juntos. Es importante pasar ratos como familia e incluir a tu bebé con discapacidad visual puede ayudar a reforzar los lazos entre todos. Pero hay otros beneficios. Involucrarlo en muchas actividades familiares diferentes puede ayudarle a aprender todo lo posible acerca del mundo. Por ejemplo:

Lleva a tu bebé a los lugares a los que tú vas de modo que pueda tener nuevas experiencias. Si bien ocuparte de la ropa en la lavandería automática representa una faena de rutina para ti, para él puede ser una aventura: escuchar el zumbido, el chapoteo y el sonido de las diferentes máquinas; oler la fragancia del agua jabonosa, sentir el aire caliente de las secadoras y, cuando sea un poco mayor, aprender a poner un billete de un dólar en la máquina que da cambio para hacer que salgan cuatro monedas de un cuarto. No hace falta crearle actividades especiales. Tu propia comunidad está llena de nuevas y emocionantes experiencias para tu hijo. Simplemente, involucrarlo en las actividades de un dinámico lugar de trabajo le ayudará a aprender acerca del entorno.

No dejes de hacer tus actividades favoritas por la discapacidad visual de tu bebé. Si tú y otros miembros de la familia disfrutan especialmente cuando van de campamento, caminan por la playa, ven una película o cocinan juntos, incluye a tu bebé en tantas de estas actividades como sea posible.

Si algunas actividades no parecen ser tan divertidas con los pequeños al lado, tienes derecho a tomarte tiempo libre para practicarlas sin los chicos. Pero no vayas a encontrar que las estás evitando a causa de la discapacidad visual de tu hijo. El maestro especializado de tu hijo (TVI) tal vez tenga la posibilidad de sugerirte cómo adaptar las actividades de modo que tu hijo pueda disfrutar tanto como tú y tu esposo el tiempo que pasan juntos.

Ayuda a otros miembros de la familia y amigos para que se sientan cómodos cuando tu hijo discapacitado visual participe en actividades con ellos. Cuando vayas a una reunión de familia o a una cena en la que cada uno aporta un plato en el centro comunitario, ten en cuenta que la gente puede no saber cómo reaccionar ante tu bebé. Puede ser necesario que les ayudes a entender: “No puede ver la comida de su plato, por eso toca mucho.” O, “No se ríe de las muecas que le estás haciendo porque no las puede ver. Si le cantan una cancioncita, casi siempre se sonríe.”

Si el braille es la forma en que tu hijo va a leer y escribir, procura crear algunas actividades individuales que le brinden la oportunidad de empezar a conocerlo. Puedes comenzar por preguntarle al maestro de tu niño, especializado en estudiantes con discapacidad visual, dónde conseguir en tu estado libros braille gratuitos o que tengan tanto el texto impreso en letras comunes como en braille. Aunque el pequeño todavía no esté listo para aprender a leer en este sistema, puede percibir el diseño de los puntos en relieve mientras le lees. También, prepara algunos objetos relacionados para ilustrar lo que le estás leyendo. Por ejemplo, si se trata de un libro sobre la hora de bañarse, ten un jabón, una toalla y una esponja para que las toque mientras se las menciona en la historia.

Muéstrale cómo hacer las cosas que otros niños de su edad hacen. En el parque, si hay un área de juego con agua para los pequeños, llévalo hasta allí y muéstrale cómo jugar en los rociadores o correr en el túnel. Los niños con vista ven a otros hacer estas cosas y quieren imitarlos también. Tu hijo puede desconocer estas formas divertidas de jugar, de modo que necesita que se las enseñes.

Considera la posibilidad de inscribir a tu hijo en una clase de gimnasia para pequeños o participa en un grupo del tipo “Mami y yo”. Tanto tú como él podrán encontrarse con otros niños y padres mientras aprenden cosas nuevas. Hay muchas actividades y clases gratuitas o de bajo costo disponibles en las bibliotecas, o patrocinadas por los parques locales y los departamentos de recreación.

Mientras piensas en formas de involucrar a tu hijo en actividades, ten en cuenta que al principio, puede parecer que no disfruta con eso. Puede llorar o tratar de apartarse cuando le propones hacer algo nuevo. Si eso sucede, no abandones en el primer intento. Vuelve a la actividad otra vez y dale otra oportunidad.

No esperes que participe plenamente la primera vez ni incluso la segunda o la tercera. Si el momento de los cuentos en la biblioteca es de 30 minutos y tu hijo atiende 10 minutos, felicítalo por todo el tiempo que se queda sentado quieto y atento en lugar de preocuparte por cuánto ha perdido de la historia. Las próxima vez, apunta a lograr 12 minutos.