Los bebés con discapacidad visual generalmente tienen que esforzarse un poco más para lograr la misma información que los que ven en forma típica recogen sin proponérselo. La razón es que la vista abarca muchísimo en los primeros meses -todo lo que hay que hacer es abrir los ojos y observar lo que sucede alrededor. La visión siempre está allí, siempre proporciona estimulación al cerebro (a menos que uno cierre los ojos). Se aprende mucho sobre lo que sucede sin ayuda de nadie. Esto se llama aprendizaje incidental, lo que quiere decir que se produce naturalmente. Los bebés aprenden con la repetición y la imitación en las primeras semanas y meses de vida; la reiteración visual es constante y la forma más fácil de aprender es la imitación visual.

Por supuesto, esto no significa que los niños con discapacidad visual no pueden aprender. Pero sí quiere decir que tienen que basarse en una información visual incompleta (a causa de su disminución, cualquiera que fuere), y en la que les brindan los otros sentidos -tacto, olfato, oído y gusto. Pero estos sistemas sensoriales proporcionan menos oportunidades de aprendizaje natural porque funcionan en forma menos inmediata que la vista. Es decir, el tacto requiere que la piel entre en contacto con algo; el olfato necesita la existencia de un olor y los olores son efímeros; el sonido requiere que haya algo que lo produzca y el gusto necesita comida en la boca o el uso de la lengua para explorar los objetos. A diferencia de la vista, estos sistemas sensoriales no están bajo el control de tu bebé y no siempre están disponibles.

Entonces, ¿qué haces? ¿Cómo tiendes un puente sobre esta brecha en el aprendizaje incidental?

Crea oportunidades para el aprendizaje. A medida que tu bebé crezca, cuéntale lo que está pasando a su alrededor. “Mmmm. ¿Hueles la cena?” “Tu ropa es tan suave hoy.” “Escucha al pajarito que canta afuera.” o “Ahí va esa ardilla trepando al árbol.”

Usa el sentido común. Hay algunas destrezas que tu bebé no podrá demostrar, simplemente porque tiene una discapacidad visual. Según el grado de su pérdida de visión, apilar bloques tal vez no le interese porque no puede ver el resultado final. Sin embargo, los juguetes en los que un objeto se pone dentro de otro ligeramente más grande y luego las dos cosas se colocan dentro de otra que a su vez es algo mayor pueden interesarle y, a medida que crece, apilar los platos de la cena es algo que no sólo puede resultar una ayuda para ti sino que es útil para el desarrollo de su coordinación motriz fina.

Ten expectativas. Es fácil encontrar excusas para explicar por qué tu bebé con discapacidad visual podría no tener el mismo nivel de actividad motriz que el hijo del vecino de la misma edad. Si bien puede ser más difícil para el tuyo aprender, no hay nada que le impida desarrollar destrezas motrices excepto la falta de oportunidades. Procura que las tenga ayudándole a entender qué esperas que haga. Dile que quieres que venga hacia ti desde el otro lado de la habitación para ayudarte a acariciar al perro. Nunca sabrás lo que es capaz de lograr hasta que lo intentes. De lo único que puedes estar segura es de que si no lo intentas, no va a tener la posibilidad.