La mayoría de los niños pasan por etapas en las que son melindrosos con respecto a qué y cómo comen. Se han escrito muchos libros acerca de cómo conseguir que los niños pequeños coman una variedad de alimentos, así que como puedes ver, es un problema común, ¡con frecuencia sin una solución simple!

Sin embargo, algunos bebés y niños pequeños con discapacidad visual pueden presentar particular resistencia a probar comidas nuevas. A veces, esto puede ser especialmente el caso de los prematuros o de aquellos que tienen discapacidades adicionales a la pérdida visual, posiblemente porque pueden tener una sensibilidad especial para las texturas u olores nuevos.

Es importante evitar entrar en luchas de poder con los niños de cualquier edad por la comida. Al mismo tiempo, es igualmente importante que tu hijo tenga una dieta variada y equilibrada y que esté abierto a nuevas experiencias. Ofrecerle alimentos muy diversos durante el primer año, con gustos, olores y texturas diferentes puede estimularlo a comer y alentarlo a probar una gama más variada de comidas más adelante.

Si te preocupas acerca de si tu bebé está recibiendo la nutrición que necesita o, a la inversa, está consumiendo más calorías de las que debería, consulta con su pediatra. Si tu niño es reacio a probar ciertos alimentos o texturas, aquí hay algunas tácticas que te hace falta estudiar:

    En cuanto el pediatra de tu hijo te diga que es hora de comenzar a darle a tu bebé alimentos sólidos y te indique las pautas de la frecuencia con que debes darle la nueva comida, trata de seguir sus recomendaciones, incluso aunque sea un minúsculo trocito la primera vez.

  • Nombrar la comida y dejar que tu hijo pruebe un trocito muy pequeño de lo que sea nuevo en tu dedo o en sus labios puede hacer que le resulte más fácil aceptarlo.

  • Si tu niño se resiste a un nuevo alimento, déjalo por esa vez, en lugar de caer en una lucha de poder. En la próxima comida, dale eso primero. Es más probable que pruebe algo desconocido cuando tiene más hambre.

  • Sírvele lo nuevo en porciones pequeñas durante varios días para permitirle acostumbrarse.

  • Hay ciertas comidas que los niños se rehúsan a comer si tienen trozos o pedazos. Para evitar el problema, preséntale ese alimento en una forma absolutamente suave. Luego, una vez que tu hijo lo esté comiendo en forma sistemática, agrégale textura -añade unos pocos trozos de tomate guisado o pequeños pedacitos de zanahoria cocida a la sopa de tomate, o pasa de una compota de manzana suave a una que tenga trocitos; o de mantequilla de maní suave a una crocante.

  • A tu hijo le puede gustar más la comida blanda de la familia que la que se compra envasada. Darle de comer lo mismo que a los demás puede ser una forma más fácil de lograr la transición a los alimentos regulares.

  • Mezcla algo que sabes que le gusta a tu niño con una pequeña cantidad de los nuevos alimentos. Si eso funciona, durante un tiempo aumenta gradualmente la cantidad de comida nueva mezclada con la otra.