¿Te estás preguntando cuándo va a ser el momento de entrenar a tu hijo en el uso del baño? Muchos expertos te van a decir que los siguientes son algunos de los indicadores de que tu niño está preparado: Puede distinguir entre un pañal húmedo y uno seco, puede estar de una a dos horas sin ensuciar el pañal y muestra interés en el baño. Aunque el entrenamiento en general va a ser más fácil si el niño tiene alguna conciencia de cuándo está ensuciando el pañal, quizá debas empezar con el orinal durante su segundo o tercer año. Si pruebas durante unas pocas semanas y no logras progresos, descansa unas semanas o meses y prueba otra vez. Trata de tener presente que los niños varían mucho en cuanto al momento en que están listos para aprender a usar el baño en forma independiente y a la rapidez con que lo asimilan.

Aquí hay algunas sugerencias para que las consideres cuando se acerca el momento del entrenamiento del baño con tu hijo que tiene una discapacidad visual.

  • Muéstrale el orinal y su ubicación antes de empezar a pedirle que se siente en él. Permítele explorarlo con las manos y familiarizarse con él. Explícale para qué es y comienza a hablarle sobre su uso si no lo ha hecho todavía.

  • Antes de empezar el entrenamiento formal, lleva la cuenta de cuándo orina y mueve el intestino. Después de dos semanas, empezarás a ver el patrón. Por ejemplo, puede ser que tienda a orinar unos 30 minutos después de haber bebido. Cuando estén listos para empezar con el entrenamiento real del orinal, usa el patrón que has observado para predecir cuándo puede necesitar ir al baño. Por ejemplo, planea ponerlo en el orinal unos 25 minutos después de haber bebido. En esa forma, hay una buena posibilidad de que orine en él, aunque todavía no se dé cuenta del por qué.

  • Haz que tu hijo sólo use el orinal en el baño. Aunque pueda ser tentador para ti ponerlo en su dormitorio, es importante que aprenda que se lo usa en el baño.

  • Ayúdale, con la técnica de mano-bajo-mano o mano-sobre mano, a bajarse y subirse los pantalones y la ropa interior. Piensa en comprarle ropa que le quede suelta y que no tenga un montón de broches de presión o botones.

  • Mientras tu niño está en el orinal, puede ser que leerle sea una buena manera de mantenerlo ocupado. Es un buen momento para recurrir a los libros ilustrados sobre el entrenamiento en el baño. Aunque no pueda ver las imágenes, ¡es probable que le gusten los cuentos de otros niños que están en la misma situación!

  • Si tu hijo le teme al ruido que hace el inodoro cuando se descarga el agua, dale oportunidades de hacerlo cuando no lo esté usando.

  • Enséñale a lavarse las manos después de usar el orinal. Si tiene baja visión, usa una jabonera o recipiente que contraste con el lavabo o con el estante de modo que lo pueda ver con facilidad. Mantén el jabón y la toalla siempre en el mismo lugar a fin de que pueda ubicarlos sin problema.

¡Quizás lo más importante es que no te pongas ansiosa y estresada con respecto al entrenamiento con el baño! Tu actitud puede afectar los sentimientos de tu hijo y tu ansiedad puede conducir a una lucha de poder. Puedes estimularlo para que quiera usar el inodoro como un “chico grande”, pero presionarlo para que lo haga en una determinada manera puede con frecuencia, producir resistencia. Del mismo modo, castigar a un niño por accidentes como que se le mojen los pantalones puede hacer que el entrenamiento resulte más traumático y difícil. El entrenamiento con el orinal no se produce de la noche a la mañana para ningún niño y siempre requiere paciencia. Es posible que tu niño requiera más práctica que algunos otros de su edad, pero puede aprender a ser independiente en el baño con tu apoyo y estímulo.