cuatro niños

El hermano y las hermanas disfrutan jugando en el parque. Las tres niñas tienen baja visión. Además de jugar juntos, todos son modelos a imitar por los demás.


Cuando Amy y su hijo de cuatro años, Jordan, se aproximaban al área de juegos de agua del parque, ella empezó a hablar con él acerca de lo que sucedía allí. “Parece como si algunos niños de tu edad estuvieran jugando cerca de la fuente. Uno tiene una pistola de agua y otro tiene un dinosaurio de juguete”.

Caminó con Jordan hacia los niños y llamó a uno que usaba traje de baño verde, “Hola, tu pistola de agua verde combina con tu traje de baño del mismo color. ¿Lo hiciste a propósito?” Como Jordan podía ver los colores desde esa distancia, la madre le estaba ayudando a reconocer qué niño tenía cada juguete. Jordan, con su propia pistola de agua en la mano, fue directo hacia él, diciendo: “Quieres jugar a los cowboys?” Con la breve descripción de los chicos y de lo que estaban haciendo que le hizo su madre, el pequeño tuvo la información que necesitaba—y la confianza— para participar en el juego.

Estrategias sociales

Como demuestra el ejemplo de Amy, los padres pueden colaborar mucho en los esfuerzos de sus hijos por encontrar compañeros de juegos y hacer amigos. El hecho de ofrecer apoyo, tener conciencia de las oportunidades sociales y estar dispuesto a proporcionar información importante puede marcar una gran diferencia.

Dile a tu hijo lo que los otros niños están haciendo. Si hay alguno en especial con el que le gustaría jugar, guíalo hasta él. Una vez que haga conexión con el otro chico, puedes alejarte y dejarlos que se entretengan. Si se separan y ves que el tuyo perdió la pista de su compañero de juego, guíalo hacia la dirección correcta sin llamar la atención.

Observa a otros niños de la edad de tu hijo para ver cómo juegan y con qué juegan. En casa, muéstrale lo que has observado y organiza momentos para practicar juntos. Si has visto a niños que juegan a ser bomberos y usan sus triciclos como autobomba, descríbeselo y sugiérele que se ofrezca a ser el que lleva la “manguera” y va detrás del conductor de la “autobomba” triciclo.

Para ayudar a tu hijo a aprender cómo dirigirse a otros chicos, prueba a practicar cosas que puede preguntarles acerca de espectáculos o juegos de la televisión con los que esté familiarizado. Es necesario que entiende el concepto de hacer una pregunta, escuchar la respuesta de la otra persona y luego contestar adecuadamente. Tu hijo puede necesitar unas cuantas sesiones de práctica antes de que comprenda de qué se trata. Aliéntalo a escuchar lo que conversan los otros niños y dale algunas ideas de cómo empezar una charla con alguien a quien le gustaría conocer.

Habrá veces en las que tu niño no advierta una señal amistosa. Puede ser que no vea que otro chico le sonríe y le hace señas con la mano. Tal vez no se dé cuenta de que uno le está hablando porque haya mucho parloteo a su alrededor. Estos acercamiento perdidos pueden hacer que los demás piensen que tu hijo no quiere jugar con ellos o que no le gustan. En algunas situaciones, va a ser necesario que les comentes la discapacidad visual de tu niño y les aclares que, a veces, necesita ayuda. Algunos pequeños de edad preescolar, son capaces de colaborar y sienten empatía con respecto a los problemas de otro y en cuanto entiendan, quizás quieran participar con entusiasmo para echarle una mano.

Dale a tu niño una retroalimentación realista acerca de lo que hace socialmente. Si tuvo una buena reacción, es bueno que lo sepa, por ejemplo: “¡Guau, fue una buena idea llamar a Cristal cuando los dos se quedaron separados! Me alegra que le hayas hecho saber que no viste que se iba al tobogán cuando se bajó de la hamaca”. También coméntale cuando no hace algo tan bien como hubiera debido. “Esas niñas se alejaron de ti porque no estabas jugando a seguir al jefe en la forma que ellas querían que lo hicieras. La próxima vez, si no puedes ver lo que están haciendo, pídeles que se acerquen más”.

En general, tu hijo puede sentirse más cómodo y sociable en situaciones en las que hay menos chicos. Piensa en llevarlo a lugares como los parques y la biblioteca, a horas en que hay menos movimiento y puede oír y ver con más facilidad lo que los otros están haciendo. Cuando te das cuenta de que un niño parece interesado en jugar con el tuyo, sugiérele a sus padres que podrían reunirse para pasar un rato juntos. Debes estar preparada a tomar la iniciativa si fuere necesario, porque otros padres pueden sentirse incómodos por no saber qué es apropiado con respecto a invitar a un niño discapacitado visual a jugar en su casa.