¿Alguna vez ha considerado el valor de la empatía? Pensamos a través de las palabras o acciones que vamos a impartir y tomamos en consideracién cémo se tomarán nuestras sugerencias o contribuciones. Es la razén por la que sabemos cémo tratar a los demás; este conocimiento nos permite saber qué no decir; nos permite considerar la forma de presentarnos a nosotros mismos en una entrevista de trabajo, en una reunién de trabajo, en un club recreativo, a un cliente o a un amigo potencial.

Se necesita la empatía, es decir, la comprensién de los sentimientos de los demás, para construir relaciones exitosas.

Un niño vidente empieza a recopilar informacién acerca de los sentimientos de los demás a través de ver las expresiones faciales. A un niño que es ciego o que tiene deficiencia visual se le tendrá que enseñar que los demás tienen sentimientos y que las palabras y las acciones de cada uno pueden alterar esos sentimientos. El niño se beneficiará aprendiendo a reconocer las emociones de los que lo rodean y aprendiendo a prever cémo él afecta a los demás.

La enseñanza de la empatía consiste en:

  • ayudar al niño a entender sus propios sentimientos (“Te caíste y te golpeaste la rodilla. Eso duele. Te sostendré y te consolaré”.)
  • describir repetidamente sus emociones positivas, negativas y neutrales a su hijo en una variedad de circunstancias
  • pedir a los demás que describan sus sentimientos a su hijo
  • hablar con su hijo sobre cémo su accionar afecté los sentimientos de los demás (“cuando golpeaste a Maggie, ella parecía asustada y adolorida. Ella lloré.”)
  • incitar a su niño para que considere cémo se siente un amigo o hermano (“¿Cémo te sientes cuando te caes y te lastimas? Así es como Lamar se siente también. Le duele”.)
  • enseñar a su hijo a escuchar el tono de voz (“¡Abuelita suena emocionada! Se está sonriendo; puedo oír la felicidad en su voz.”)
  • contar historias o leer libros que incluyan personajes describiendo emociones
  • usar juegos de simulacién para resaltar las emociones
  • proporcionar a su hijo informacién sobre los encuentros sociales tanto positivos como negativos (“Cuando le dijiste hola a nuestro nuevo amigo, él sonrié. Gracias por ayudarle a sentirse bienvenido”.)
  • explicar por qué nos vestimos o actuamos de una manera determinada (“No podemos hablar ahora porque el pastor Juan está predicando. Otros están tratando de áescuchar”.)