Investiga los programas de intervención temprana por intermedio de tu pediatra y/o el departamento de salud del estado y/o tu distrito escolar local. El programa ideal debe incorporar una combinación de tiempo en el centro especializado con otros niños, y visitas del maestro a la casa de los estudiantes que son discapacitados visuales para trabajar con tu hijo y contigo.

Es importante para todos recordar que tú, como padre, o madre, eres la principal maestra del niño y que también necesitas aprender. Estimula a tu bebé tanto como puedas. Háblale todo el tiempo de modo que sepa dónde estás. ¡Los bebés son sensacionales para escuchar!

¡Jameyanne está en la sala de estar y mami está en la cocina. Ahora voy a buscarte!”

“Mami va a ir a encender el molinito de café – ahora ya está funcionando.” (Esto es importante, porque algunos ruidos pueden asustarlo si no se le anticipan.)

“Mami te va a llevar a través del pasillo a tu habitación para cambiarte el pañal.”

Estos son los primeros pasos para orientar a tu hijo con respecto a sí mismo y a su lugar en el entorno. Enséñale a tu bebé la casa -tu hogar es el mejor lugar para empezar la orientación. Llámalo de una habitación a otra -continúa llamándolo mientras gatea hacia ti para que siga tu voz- recompénsalo con besos y él te los devolverá. Sigue cantando y bailando con tu bebé. Diviértanse: Va a ser un largo baile.

Te recomiendo que conozcas otros padres a través de la intervención temprana y de un grupo, como el de la Asociación Nacional para Padres de Niños con Discapacidad Visual (NAPVI). Aprendemos muchísimo unos de otros, padres y niños. Sigue hablando con tu hijo. Tu charla va a tener un impacto, por lo tanto, procura que sea positivo. Tu tono le dirá todo: Deja que tu autoestima brille en tu voz y enriquezca a tu bebé.

Mary E. Fuller
Madre de una hija de 15 años con glaucoma y aniridia
Concord, New Hampshire