Chuck tenía un nudo en el estómago mientras estaba en la fila de Educación Física. Le temía a esa clase porque sabía que iban a jugar al voleibol otra vez. Siempre trataba de seguir la pelota blanca cuando la devolvían a su lado, pero no la podía ver claramente cuando venía hacia él. La semana anterior la había perdido todas las veces y su propio equipo le había silbado porque eso les costó el partido.

Chuck no es el único. Muchos estudiantes con discapacidad visual están incómodos en las clases de gimnasia porque la mayoría de las actividades requieren la coordinación ojo-mano, o entre la vista y las destrezas motrices y respuestas visuales rápidas. Como muchos profesores de educación física no se dan cuenta de que los estudiantes con discapacidad visual pueden tomar parte en los deportes, les asignan la función de registrar los tantos o de cronometrar el partido. No consiguen jugar con sus compañeros regularmente y no se les da la oportunidad de desarrollar sus destrezas físicas. No tiene por qu&eacute ser de este modo.

Ayuda a tu hijo a aprobar Educación Física

Dado el incremento en el índice de obesidad que se observa hoy entre los niños, ayudar a tu hijo a tener éxito en la clase de Educación Física o en otros deportes organizados es importante para que crezca y se convierta en un adolescente sano y activo, y luego en un adulto joven con esas condiciones.

Si te preocupa que tu niño no tenga suficiente actividad física en la escuela, habla con los miembros de su equipo educativo, especialmente con el maestro de estudiantes con discapacidad visual, así como con su instructor de orientación y movilidad. Pídeles que dediquen el tiempo necesario a observarlo durante las clase de Educación Física y que le hagan recomendaciones al profesor sobre la manera de ayudarlo para que participe plenamente.

  • Pide al maestro de estudiantes con discapacidad visual que sugiera los equipos especiales que le facilitarían tal participación, como por ejemplo, una pelota con campanilla para usarla en un partido de fútbol o una de voleibol que tenga colores brillantes en lugar de ser blanca. También puede proponer modificaciones tales como agregar cinta adhesiva de alto contraste en un poste al que tenga que llegar o colocar detrás de éste un dispositivo que produce sonidos breves, agudos e intermitentes u otra indicación auditiva.
  • Averigua qué deportes va a practicar tu hijo en la clase de gimnasia o a cuáles quiere jugar en el programa extracurricular y ejercítalos con él. Si tú no estás en forma como para eso, pide a un miembro de la familia o a un amigo que le enseñe cómo debe arrojar la pelota, o a zambullirse desde el borde de la piscina. Ese tipo de aprendizaje uno a uno con un maestro de apoyo puede contribuir a que tu niño tenga confianza en sí mismo y adquiera las destrezas antes de practicarlas en un grupo de chicos con vista.
  • Tal vez convenga que hables con el maestro de estudiantes con discapacidad visual y con los de Educación Física acerca de las actividades no competitivas que se podrían incorporar a la clase de gimnasia. El baile, por ejemplo, no implica competir y a muchos chicos les gusta mucho. Los ejercicios gimnásticos son otra actividad popular que no tiene por qué ser competitiva.

Muchas veces tu hijo puede participar en parte de una actividad. Por ejemplo, un jovencito como Chuck podría llegar a ser efectivo como jugador responsable del saque en un partido de voleibol, sin que se espere que reciba la pelota que viene del otro equipo. En béisbol hay sustitutos del bateador y del que corre, entonces ¿por qué no puede haberlos en el voleibol?

Si tu hijo está de acuerdo, puedes sugerir que el profesor de gimnasia le pida que sea el modelo cuando se demuestra una nueva actividad. De ese modo, tendrá experiencia de primera mano acerca de lo que se está enseñando. Asimismo, si las actividades de correr son parte del currículo de Educación Física, tu niño puede necesitar hacerlo con un guía. En este caso, dos personas corren una al lado de la otra y cada una sostiene un extremo de una cuerda corta. El guía tiene que comunicar al otro los giros, obstáculos, etc.

Se han desarrollado dos deportes específicos que permiten que los niños con discapacidad visual jueguen junto con sus compañeros de equipo que ven, sobre una base de igualdad.

  • El béisbol sonoro utiliza bases auditivas y una pelota con un indicador incorporado que produce sonidos. Los jugadores, excepto el pítcher (lanzador), tienen los ojos vendados.
  • El goalball se practica en una cancha con tres jugadores por equipo, todos ellos con los ojos vendados. Uno de los grupos hace rodar la pelota con campanilla hacia el otro, y sus miembros jugadores protegen la línea de gol con su cuerpo de modo que la pelota no pueda cruzarla.

Cuando los deportes, las actividades para estar en forma y la recreación se convierten en parte de la vida de un joven en esta etapa del desarrollo, implican con frecuencia beneficios prolongados para la salud. Ser activo al entrar en la edad adulta puede conducir a una cantidad de ventajas, entre las que se incluyen la salud y el atractivo físico. Puedes ayudar a tu hijo a consolidar una base sólida ahora, de modo que pueda disfrutar con los deportes y las actividades recreativas durante toda su vida.