Aaron le toma la mano de su madre y la pone sobre la escritura en relieve

Como alumno de segundo grado, el braille es el medio que usa para leer y escribir. Aunque la mamá tiene vista, para “mostrarle” lo que escribió, el niño le toma la mano y la pone sobre la escritura en relieve.


En la sociedad basada en la información de hoy, la alfabetización—destreza de leer y escribir—es una parte de la vida más importante que nunca antes. En los primeros grados de la escuela primaria, tu hijo va a pasar una buena parte de su tiempo dedicado solamente a leer y escribir. Pero a medida que avance en la escuela, va a ir aplicando en la práctica lo que aprendió: leerá libros de texto de ciencias y estudios sociales, por ejemplo, escribirá ensayos y cuentos y resolverá problemas de matemáticas. Con el tiempo, le va a ser necesario usar sus destrezas de alfabetización para funcionar como adulto en un entorno de trabajo y en la vida cotidiana. Por lo tanto es esencial que te asegures de que tu niño tenga una base firme en este campo.

¿Cómo va a leer y escribir tu hijo?

Según la situación visual de tu niño, podría aprender a leer la letra impresa estándar como sus compañeros, o podría tener que usar un medio alternativo como el braille. Para determinar si le resulta mejor usar la vista o el tacto para leer y escribir, su maestro de estudiantes con discapacidad visual va a llevar a cabo una evaluación de los medios de aprendizaje. Si tu hijo es discapacitado visual y tiene algún remanente de visión útil, va a ser necesaria también una evaluación de la visión funcional. Los resultados de estos tests van a determinar su forma más eficaz de leer y escribir—en letra impresa común o en braille. Además, el uso de procedimientos auditivos (tales como escuchar libros de texto grabados), aunque no se los considera alfabetización, puede complementar su acceso a la información escrita. Muy probablemente, tu hijo emplee una combinación de métodos. Estas evaluaciones también proporcionarán detalles acerca de los formatos en los cuales es necesario presentarle los textos y otros materiales, como por ejemplo, qué tamaño de letra impresa es mejor, si lee de esta forma. Las necesidades de tu niño pueden cambiar después de un tiempo, de modo que conviene repetir las evaluaciones todos los años para ver si hay que hacer modificaciones en los materiales o instrumentos que usa.

Hay una variedad de dispositivos e instrumentos que pueden ayudarle según sus necesidades y condición visual (ver Cómo leen y escriben los estudiantes con baja visión y Cómo leen y escriben los estudiantes que son ciegos). Es importante determinar no sólo cómo va a hacer las labores de cerca—las cosas en las que puede trabajar en su mesa—sino también las tareas a distancia—por ejemplo, cómo va a tener acceso a la información en el tablón de anuncios, el trabajo de la clase que el maestro tiene en la pizarra, las opciones para el almuerzo que se exhiben en la puerta de la cafetería y los carteles de la calle cuando se desplaza en el barrio.

Conseguir los libros a tiempo

Si tu hijo usa un medio alternativo para leer y escribir, su maestro de estudiantes con discapacidad visual va a tener que organizar que sus libros y otros materiales de clase se preparen de esa forma. Puede requerir que pida un texto en braille o grabado, o puede ser necesario que se agranden los tipos o se transcriban al braille las hojas de ejercicios que el maestro distribuye en clase o como tarea para la casa. La preparación de tales materiales requiere mucha coordinación por parte del maestro. Sin embargo, es crucial para el éxito de tu niño que reciba sus libros al mismo tiempo que sus compañeros. A veces, esto no es posible, por ejemplo, cuando no hay suficiente tiempo para la preparación. En tales casos, alguien va a tener que leerle el material de modo que a pesar de todo tenga la información en el momento oportuno. Ten en cuenta, sin embargo, que no es lo mismo escuchar a alguien que lee que leer el texto uno mismo. Es importante controlar muy de cerca si tu hijo recibe los materiales a tiempo y en un formato que le resulte accesible. Si esto no sucede, piensa en la posibilidad de plantear el tema a su maestro de estudiantes discapacitados visuales o a su equipo educativo para conversar acerca de cómo se puede remediar la situación.

Cómo puedes ayudar a tu hijo a desarrollar las destrezas de alfabetización

Puedes contribuir a que tu niño desarrolle sólidas destrezas de alfabetización si controlas que tenga acceso a las mismas actividades de lectura y escritura que sus compañeros de clase y sus hermanos y hermanas en casa. También es importante asegurarse de que entienda la importancia de leer y escribir como actividades que realizan todas las personas—tanto en la comunidad como en la escuela.

Si tu hijo ahora lee y escribe en el colegio, no dejes de proporcionarle oportunidades de hacerlo en casa. Continúa señalándole cómo usas tus propias destrezas de alfabetización durante todo el día, desde leer una receta de cocina, las instrucciones en el frasco de una medicina o una revista, hasta escribir cheques, listas de compra e instrucciones para llegar a la casa de un amigo. Proporciónale a tu niño oportunidades de aplicar lo que está aprendiendo en la escuela fuera del aula, como por ejemplo, hacer parte de la lista de la compra familiar, anotar un mensaje telefónico o escribir las indicaciones para llegar a un sitio nuevo. Escríbele notas en el medio que emplea, ya sea letra impresa o braille. Aquí te ofrecemos otras sugerencias:

  • Elabora una lista de tareas en letra impresa o en braille con lo que tiene que completar cada semana.
  • Si tiene una cuenta de ahorro, ayúdale a llevar la lista de transacciones de modo que pueda leerla o escribirla.
  • Participa con él en juegos que le sean accesibles. Mucho de los de tablero están disponibles en braille o se los puede adaptar fácilmente. Si se necesita alguien que anote los tantos, asegúrate de que tu hijo tenga oportunidad de asumir esta función.

Finalmente, continúa compartiendo la hora de lectura de la familia. Si no puedes leer los libros braille de tu hijo, ¡procura que él te los lea a ti.