Conseguir la licencia como conductor es un rito de paso para la mayoría de los adolescentes y cuando la discapacidad visual le impide a alguien manejar un vehículo, el sentimiento de decepción puede ser intenso. Si la deficiencia visual de tu hijo le impide satisfacer los requisitos para conducir en tu estado, puede experimentar una cantidad de emociones perturbadoras y sentir que queda fuera de una parte importante de la vida.

Algunos adolescentes no quieren creer que no ven lo suficiente como para manejar un auto. Si tu hijo es uno de ésos, quizás te resulte útil llevarlo al Departamento de Vehículos a Motor local, para que le hagan un examen de la vista. Recibir de una fuente oficial la confirmación de que no reúne las condiciones necesarias puede ser más fácil para los dos, pero recuerda que en ese momento puede quedarse angustiado.

Pros y contras de tomar clases para conducir

En algunos distritos escolares se exige a todos los estudiantes que participen en clases teóricas de formación de conductores. Tú, tu hijo y otros miembros de su equipo educativo deberían analizar si esto es apropiado para él. Hay que tener en cuenta pros y contras:

Ventajas:

  • Aprenderá las reglas de la calle.
  • Verá cuáles son las responsabilidades que tienen los conductores cuando manejan un vehículo.
  • Puede tener la sensación de pertenecer al mundo de los que manejan.

Desventajas:

  • Puede sentirse enojado o deprimido por no poder llegar a manejar.
  • Puede sentir que está desperdiciando su tiempo en aprender cosas que no va a usar en absoluto.

Estrategias para desplazarse como peatón

Al principio, tu hijo adolescente puede sentir que no poder conducir es el final de su vida social. Pero con tu ayuda, puede desarrollar estrategias para llegar a los lugares a los que quiere ir.

  • A estas alturas, tu hijo puede necesitar destrezas de orientación y movilidad (OyM) más avanzadas. Ahora que es mayor y se está acercando al final de la escuela secundaria, es comprensible que quiera tener la posibilidad de desplazarse en forma independiente y segura con sus amigos.
  • Si tu hijo pudiera manejar, ¿lo ayudarías con cualquiera de los gastos relacionados con la compra de un auto—por ejemplo, con el pago inicial o con el pago del seguro? Si fuera así, piensa en dedicar la misma cantidad de dinero que hubieras gastado en esas cosas para abrirle una cuenta de transporte en un banco local. Eso le va a dar varias opciones, tales como:
    • Pagarle a alguien para que lo lleve en auto a actividades y acontecimientos que sean importantes para él
    • Tomar taxis
    • Organizar que lo recoja un compañero en su auto y lo traiga de regreso, con la condición de que él pague el combustible
    • Incluso comprar su propio auto que pueda dejar a amigos en quienes confíe para que manejen y lo lleven a los lugares a los que quieran ir juntos.
  • Si tu hijo adolescente está planeando irse de casa después de la escuela secundaria—porque quiera ir a una universidad situada fuera de la ciudad o aceptar un empleo en otra zona—anímalo a que investigue las opciones de transporte en esa comunidad antes de tomar una decisión definitiva. Hay varias maneras de hacer ese tipo de averiguaciones, tales como:
    • Hablar con su instructor local de OyM.
    • Usar Internet para conseguir información básica acerca de las opciones de transporte en pueblos y ciudades concretos; poner preguntas en tablones de anuncios; y posiblemente, hacer una visita virtual a diversos lugares.
    • Ponerse en contacto con la oficina de servicios a los estudiantes con discapacidad de las universidades que está considerando como posibles.
    • Ponerse en contacto con el departamento de recursos humanos de organizaciones a las que pueda solicitar un empleo.
  • Sugiérele que hable con otros adolescentes mayores o con adultos que no manejan auto a causa de su discapacidad visual. Puede aprender algunas estrategias útiles que ellos aplican para desplazarse en sus comunidades.
  • Cuando tu hijo quiera ir a alguna parte, aliéntalo a pensar diversas formas prácticas de llegar a ese lugar. ¿Está a una distancia como para ir a pie? ¿Podría tomar un ómnibus? ¿Puede hacer frente al gasto de llamar un taxi? Cada método de desplazamiento tiene ventajas y desventajas y necesita tener oportunidades de investigar cuál funciona mejor en una situación dada.

Ayudar a tu hijo adolescente a ver el lado positivo

A medida que tu hijo adolescente se aproxima a la edad en que muchos de sus amigos están aprendiendo a conducir y obteniendo el permiso correspondiente, trata de recordar que probablemente estará sintiendo algún nivel de enojo o depresión. Se está perdiendo un hito importante en nuestra cultura. Hazle pensar que de muchas otras maneras es tan maduro y competente como cualquiera de los adultos jóvenes que lo rodean. Ayúdalo a reconocer que si usa diversas estrategias para llegar a donde quiere ir, está demostrando su ingenio y habilidad para superar las limitaciones. Está logrando una independencia que no depende de conducir un automóvil.