Ser padre o madre de un adolescente puede exigir mucho esfuerzo. Pero si el tuyo es discapacitado visual, es posible que te veas en la situación de manejar todos los temas con los que tropiezan la mayoría de las familias, más otros adicionales. A veces, notarás que el problema visual de tu hijo afecta a su habilidad para:

O quizás le vaya bien en estas áreas pero esté luchando a nivel emocional con lo que siente sobre su discapacidad visual, él mismo y su futuro.

Desde tu perspectiva

Cada chico es único y los éxitos y esfuerzos de tu hijo van a ser totalmente suyos. Sin embargo, es posible que quieras tener presente lo siguiente:

  • Puede haber veces en las que observes que se está esforzando por hacer algo, como prepararse una comida o que se siente desalentado porque su disminución visual le impide obtener un permiso de conducir para principiantes. Estos incidentes pueden hacerte llorar por la vista “normal” que tu hijo no tiene. En circunstancias como éstas, es común experimentar sentimientos de enojo, rechazo o depresión, aunque haya tenido discapacidad visual desde el nacimiento o la primera infancia.
  • Cuando te sientas así, puede ayudarte que trates de darle la vuelta a la situación y pienses en las cosas que ha aprendido a hacer, como por ejemplo, tomar solo el transporte público que va al centro, o las oportunidades que ha tenido a causa de su discapacidad visual, como asistir en verano a un programa de trabajo o a uno preparatorio para la universidad, especial para adolescentes con deficiencia visual.

Desde la perspectiva de tu hijo adolescente

Puede constituir un desafío comunicarse con cualquier adolescente, por lo tanto no te sorprendas si tu hijo no quiere hablar contigo acerca de cómo se siente por ser discapacitado visual. Hazle saber que estás allí para conversar, pero ten en cuenta que quizás no quiera tocar ese tema contigo ni con nadie.

A veces, puede ser útil tratar de expresar con palabras cómo lo encuentras—”Se te ve muy deprimido esta mañana” o “¡Pareces realmente entusiasmado!” Oír que reconoces lo que puede estar sintiendo puede ayudarle a abrirse y hablar contigo o decirte que estás equivocada. De cualquiera de las dos maneras, tal vez puedas ayudarle a analizar sus sentimientos y darle la oportunidad de expresarse.

Desde la perspectiva de tu familia

Mantén líneas de comunicación abiertas con tu esposo o compañero y con la familia en un sentido más amplio. Como tú, pueden estar afligidos por la discapacidad visual de tu hijo o tal vez se sientan ansiosos acerca de su futuro después de la escuela secundaria. Compartir tus pensamientos y alentar a los que amas a hacer lo mismo puede resultar útil y terapéutico.

Decidir cuánta responsabilidad e independencia son suficientes

Durante los años de la adolescencia, es típico que los padres permitan a sus chicos asumir más responsabilidad y apoyen su creciente independencia mientras avanzan hacia la edad adulta. Puedes tener una mezcla de sentimientos acerca de esto cuando se trata de tu hijo adolescente. Te puede parecer más vulnerable a causa de su visión limitada. Trata de sopesar los pros y los contras de cada esfuerzo que hace para ser más independiente. No vas a estar con él siempre, por eso, encuentra formas de “soltarlo” mientras lo mantienes a salvo. Por ejemplo, puede ser conveniente solicitar servicios extra de orientación y movilidad (OyM) como parte de su programa educativo, a fin de que tanto tú como él puedan estar tranquilos de que domina las destrezas de desplazamiento necesarias para tomar solo el ómnibus e ir al centro comercial. Si aún tienes recelos, aliéntalo a usar el transporte público con amigos o la familia, para que adquiera más práctica en el uso de las técnicas de movilidad.

Compartir experiencias

Hablar con otras familias y con adultos con discapacidad visual puede ayudarte a recoger información y a manejar tus sentimientos. Para encontrar otras personas, puedes poner un mensaje en los tablones de anuncios de FamilyConnect; busca grupos de padres tales como la Asociación Nacional para Padres de Niños con Discapacidad Visual (NAPVI) u organizaciones del tipo del Consejo Americano de Ciegos (ACB) o la Federación Nacional de Ciegos (NFB); reúnete con adultos con discapacidad visual que tienen éxito en sus empleos en CareerConect; o habla con los profesionales del equipo educativo de tu hijo.

Mantener el equilibrio de tu vida

Trata de encontrar tiempo para ti misma, tiempo para ti y tu esposo o compañero y tiempo para hacer cosas con amigos o con la familia. Mantener el equilibrio en tu vida puede ayudarte a que te sientas más positiva acerca del futuro de tu hijo adolescente y de sus perspectivas de tener una vida gratificante.