Todos los bebés siguen su propio curso de desarrollo, aunque generalmente puedes predecir cuándo van a aparecer ciertas destrezas. Aunque la edad de cada niño puede variar, usualmente, los bebés dicen su primera palabra y caminan en forma independiente en algún momento alrededor de los 12 meses; pueden sostener una taza y beber solos más o menos a los 24 meses y para los tres años, empiezan a mostrar signos de juego imaginario. Estas destrezas y conductas se llaman generalmente hitos del desarrollo y demuestran que tu hijo está creciendo y aprendiendo.

Es fácil centrarse en estos hitos como si fueran una especie de ficha informativa de lo que tu bebé está haciendo. Pero el concepto de hitos es en realidad una simplificación. Andar es importante, pero hay un grupo de otras conductas que idealmente se producen y conducen al hecho de caminar, desde tratar de alcanzar algo que suena, a mover las partes del cuerpo, gatear hacia el juguete que tu bebé oye de lejos y ponerse de pie. Todas estas pequeñas técnicas que aprende trabajan juntas para llegar a los hitos, las grandes destrezas que con frecuencia usamos para comparar un niño con otro. Nos olvidamos que las edades asociadas a estos hitos son usualmente un punto medio, lo que significa que la mitad de todos los niños logran uno de ellos a una edad menor y la otra mitad adquiere la destreza a una edad mayor. De modo que aunque hablemos de que los bebés generalmente caminan a los 12 meses, algunos lo hacen antes y otos lo hacen después.

Si tu bebé tiene una discapacidad visual, estos hitos pueden a veces parecerte rocas demasiado pesadas para moverlas, especialmente si el hijo de tu amiga ha logrado algo que el tuyo no. Procura mantener las cosas en perspectiva: tu bebé con toda probabilidad va a aprender a andar, sobre todo si te aseguras de que tenga todas las destrezas anteriores que apoyan el desplazamiento independiente y si le proporcionas razones para que camine (alcanzar su juguete, que papá lo alce, seguir a su hermano mayor). Continúa y compara a tu bebé con el de tu amiga porque esto te ayudará a anticipar lo que necesita aprender a continuación. Pero no dejes que te abrume; recuerda que la pérdida visual puede cambiar fundamentalmente la forma en que tu hijo aprende.

Muchos expertos creen que los niños con discapacidad visual se desarrollan en forma más lenta que los “normales”. De hecho, sabemos que estos bebés muestran exactamente tanta variación como los otros en términos de cuándo adquieren una destreza. Más importante, el rango de edad en que los bebés que son deficientes visuales adquieren los hitos queda dentro del marco que corresponde a los niños típicos. A los que tienen discapacidades adicionales a la pérdida visual, generalmente les llevan más tiempo tales logros, pero hay entre estos niños una mayor variabilidad aún, y algunos de ellos adquieren destrezas dentro de los márgenes de los casos típicos.

Los bebés con pérdida visual también parecen seguir una secuencia de desarrollo distinta. Hay algunas destrezas que algunos de ellos logran antes que los que no son discapacitados visuales. Con frecuencia dicen su primera palabra, o crean oraciones de dos palabras (sujeto + verbo) antes que los niños típicos, y algunos también desarrollan más rápido destrezas más elevadas de lenguaje, tales como recordar hechos pasados o cantar una canción de memoria. Si lo piensas, es razonable que cuando tiendes a basarte en información de los otros sentidos y no en la vista, se desarrollen más rápido las destrezas cuyo fundamento es esa información sensorial. Esto no significa que los bebés con pérdida visual sean más adelantados que los que siguen un desarrollo típico, pero sí quiere decir que experimentan el mundo de manera diferente.