“Acampar es realmente genial. A nadie le importa que tenga problemas para ver. Los demás también tienen dificultades de este tipo, de modo que todos entendemos de qué se trata. Hacemos cosas lindas, como pasar la noche fuera en los bosques y preparar nuestro desayuno al fuego”. Cuando Loni, de 12 años, compartió su experiencia durante el campamento con sus padres, tenía una enorme sonrisa. Aunque está plenamente incluida en el programa de su escuela pública durante el año, ir a acampar con chicos con discapacidad visual todos los veranos, le da la oportunidad de encontrarse con sus iguales y compartir con ellos experiencias comunes.

Hay varios tipos de campamentos; el más adecuado para tu hijo depende de sus intereses. Algunos se centran en un deporte en particular, otros en actividades creativas tales como el teatro o la música. Y muchos ofrecen una amplia gama de actividades al aire libre o de interior, de modo que hay algo para cada uno. Puedes encontrar campamentos especialmente organizados para niños con discapacidad visual en todo el país con la misma amplia selección de actividades (ver la herramienta Encontrar servicios).

Las diversiones de verano son beneficiosas

Pasar una semana, un mes o todo el verano con otros niños que tengan discapacidad visual, le da a tu niño la oportunidad de conocer muchos chicos distintos, hacer nuevos amigos y encontrar asesores/guías y modelos de conducta entre los consejeros o acampantes mayores. Tu hijo también puede convertirse en un modelo de conducta para los más pequeños y beneficiarse también con esa experiencia.

Acampar le da asimismo a tu hijo la oportunidad de aprender nuevas destrezas en un ambiente que se centra en la cooperación más que en la competición, donde todos los niños tienen que superar desafíos similares. En muchos campamentos hay personal especialmente preparado para enseñarles a los jóvenes cómo usar técnicas adaptadas para aprender destrezas de atletismo, del tipo de escalar rocas y nadar, o a usar su sentido del tacto en actividades creativas tales como cerámica y tallado en madera.

En un campamento tu niño puede sentir que es simplemente uno más de la pandilla porque todos los chicos que lo rodean son discapacitados visuales también. En un campo de juegos llano, puede sentirse más aventurero y dispuesto a probar juegos y deportes nuevos.

Encontrar un campamento de verano

El equipo educativo de tu hijo está familiarizado probablemente con los campamentos de tu zona y podrá recomendarte alguno. Si no, averigua en la escuela especial de tu estado o escuela para ciegos, con la comisión para ciegos o en otra agencia del estado que brinde servicios a las personas con discapacidad visual. Muchos campamentos cuentan con apoyo parcial de los Clubes de Leones, de modo que la organización local es otra posible fuente de información.

Además de campamentos en los que se permanece una o más noches, hay otros con patrocinio local, para que los niños con discapacidad visual pasen el día durante el verano. Estos programas pueden combinar actividades recreativas como natación, bolos, baile, y artes y artesanías, con otras de aprendizaje relacionado con el currículo central ampliado.

Muchos campamentos de verano y programas de día son gratis o muy baratos. Si el de tu área costase más de lo que puedes pagar, piensa en ponerte en contacto con tu Club de Leones local o con una organización nacional de servicios para personas con discapacidad visual, para ver si ellos proporcionan ayuda financiera.

Si tu hijo participa en una actividad de este tipo de varios días o en una sólo por el día, es probable que la experiencia tenga un impacto valioso y duradero en su crecimiento y desarrollo. Tal vez te cree ansiedad que esté fuera de casa y puede ser que lo eches de menos, pero probablemente descubrirás que te alegras por haberlo intentado.