Como tú, tu hijo adolescente va a tener toda una gama de sentimientos con respecto a su discapacidad visual. Esa época de transición entre la adolescencia y la edad adulta, en general, está cargada de emociones para mucha gente joven. La mayoría quiere encajar con sus iguales y ser “diferente” por la discapacidad visual puede causar reacciones tales como enojo, depresión o tristeza. Muchos adolescentes se preocupan también por su futuro y su inseguridad puede a veces dar lugar a sentimientos negativos muy fuertes con respecto a su condición visual.

Los adolescentes que son discapacitados visuales pueden compartir una cantidad de reacciones, pero los sentimientos varían de una persona a otra. Asimismo, los adolescentes que acaban de perder la vista con frecuencia van a tener necesidades emocionales diferentes de las de quienes viven esta condición desde la infancia.

Darle apoyo emocional a tu hijo en la adolescencia tiene que ser un foco crítico de atención. Aquí te proponemos algunas de las maneras en que puedes ayudarlo:

  • Anímalo a hablar abiertamente.
  • Ayúdalo a reunirse con otros adolescentes y adultos que sean discapacitados visuales y tengan éxito en la vida.
  • Proporciónale asesoramiento u otro apoyo profesional, si fuere el caso.

Ayudarle a sentir autoestima y autoaceptación puede contribuir en gran medida a su bienestar y sentará el trabajo preliminar para que logre una vida satisfactoria.

Para muchos jóvenes con discapacidad visual, los años de la adolescencia pueden estar particularmente cargados de emociones, ya que luchan con todos los aspectos “normales” de ese período así como con temas relacionados con la discapacidad visual. Oír que los compañeros hablan de manejar vehículos o de otras actividades sociales en las que no participan, puede hacer que se sientan alterados. Los desafíos de flirtear y tener citas pueden parecer aplastantes y hacer que se sientan inseguros de ellos mismos y de su atractivo con respecto a la potencial pareja de una cita. Puedes proporcionarle apoyo emocional a tu hijo haciéndole saber cuánto te importa y que puede hablar contigo de cualquier cosa, en cualquier momento. Hazle saber que no estás ahí para juzgarlo, sino para escucharlo y apoyarlo.

El valor de los modelos de conducta

Tu hijo adolescente puede encontrar más fácil hablar de su discapacidad visual con otros que estén en su misma situación. Si no tuvo mucho contacto con otros niños discapacitados visuales de pequeño, piensa en la posibilidad de animarlo a que lo haga ahora. Eso le daría la oportunidad de compartir experiencias con otros que siente como sus iguales. Podría beneficiarse si encontrara modelos de conducta entre sus nuevos conocidos y, a su vez, podría convertirse en un modelo de conducta para alguien más joven. La experiencia puede hacer que se sienta mejor con respecto a sí mismo y a su discapacidad visual.

El tema del permiso para conducir

La mayoría de los adolescentes con discapacidad visual no van a poder obtener un permiso para manejar y esto puede ser algo significativo para ellos. No poder conducir un automóvil puede ser emocionalmente difícil porque sus amigos están hablando constantemente de este rito de paso. Sin embargo, tu hijo puede desarrollar estrategias para ser alguien que no conduce y que le ayudarán a sentirse más independiente y menos aislado desde el punto de vista social.

Hacer vida social y tener citas

Algunas de las emociones de tu hija relacionadas con el hecho de ser discapacitada visual pueden derivar de los desafíos que enfrenta en sus relaciones sociales, tanto en las de amistad como en las de tipo sentimental. Puede sentir que se queda afuera o tal vez dude de su capacidad de atraer amigos, así como relaciones más cercanas. Ayudarla a desarrollar estrategias para hacer y mantener amistades es significativo para su bienestar emocional general. Trabajar con ella en el tema de cómo lucir atractiva es importante también. Invertir tiempo en analizar el tema de cómo flirtear y actuar con miembros del sexo opuesto y hacer un juego de roles sobre eso, puede hacerle aumentar mucho la confianza en sí misma.

Como todos los adolescentes, tu hija puede tener sentimientos confusos con respecto a su futuro. Por una parte, puede querer apresurarse a terminar la escuela secundaria para poder irse de casa y vivir por su cuenta. Por otra, puede sentirse insegura acerca de lo que va a hacer después de la secundaria. Necesita que le asegures que a la mayoría de los adolescentes les pasa lo mismo.

Adolescentes que han experimentado una pérdida visual reciente

Durante los años de la adolescencia, algunos chicos experimentan una disminución significativa en la vista por afecciones tales como la retinitis pigmentosa (RP) o la enfermedad de Stargardt. Otros chicos pueden perder la vista por un accidente u otro episodio traumático. Si tu hijo está en este grupo, tiene mucho de lo que ocuparse emocionalmente. Como tú, puede estar haciendo el duelo por la visión “normal” o “casi normal” que tenía antes. También puede estar nervioso acerca de las cosas que le presentan problemas a la hora de hacerlas, tales como leer o ir a lugares solo. Y sus relaciones con los amigos pueden haber cambiado porque ellos se sienten inseguros con respecto a cómo ayudarlo.

Tu hijo va a necesitar tiempo para adaptarse, aprender a vivir con su pérdida visual y manejar sus sentimientos, pero también necesitará aliento y apoyo. Muchas de las estrategias que son importantes para los adolescentes que nacieron con una visión reducida, van a ser útiles ahora, por ejemplo:

  • Estate disponible para hablar con él acerca de sus sentimientos sobre su significativa reducción visual. Hazle saber que estás ahí para escucharlo y ofrecerle apoyo, no para juzgarlo.
  • Busca adolescentes mayores o adultos que puedan ser modelos de conducta para que se encuentre con ellos. Conocer a otras personas con discapacidad visual y oírles contar sus experiencias, le va a ayudar a darse cuenta de que no es el único en tal situación. Sus modelos de conducta pueden compartir con él cómo han manejado sus propios sentimientos acerca de la pérdida visual. Oírlo directamente de alguien que ha tenido experiencias similares puede ser muy útil para muchos adolescentes.
  • Tu hijo adolescente puede beneficiarse con el tiempo que pase en actividades con otros adolescentes que sean discapacitados visuales. Algunas agencias y escuelas patrocinan programas de fin de semana. Hay una variedad de campamentos de verano y otros programas para jóvenes con discapacidad visual.
  • Si observas que tu hijo está emocionalmente angustiado, piensa en hacerlo hablar con un asesor. A veces, una persona ajena, con formación profesional, puede ayudar a la gente joven a superar algunos aspectos en forma más efectiva que quienes están más cerca de él.
  • Si tu hijo expresa sentimientos de tristeza o cólera con respecto a su relación con los amigos, sugiérele que invite a uno o dos a venir a casa. Algunos adolescentes pueden no estar seguros acerca de cómo reaccionar y apoyar a un amigo que ha sufrido una pérdida visual. Puede resultar necesario que para advertir que sus amigos siguen estando allí, cerca de él, tu muchacho dé el primer paso y les brinde la oportunidad de charlar tranquilamente. Restablecer las relaciones con sus amigos le va a proporcionar una forma de canalizar y compartir sus sentimientos.